martes, 17 de enero de 2012

widow

     Cada palabra me evoca un recuerdo y cada recuerdo me trae una palabra. Paseo sola por las calles de París, nunca lo habrías imaginado. Cuando me escondo por la Rue d'Abbaye detrás de Saint Germain des Prés no escucho ningún piano. Las fotos de los escaparates no me emocionan, no dicen nada, todo lo decías tú. Pienso en qué línea está Port Maillot, jugando con el vacío a saberme el mapa del metropolitan. Recorro mil y una veces los soportales de la Place de Vosges riéndome de los cuadros que no me gustan y fotografíando mentalmente las parejas que felizmente meriendan sobre el césped. Lloro sin parar ante los nenúfares de Monet y me destrozo los zapatos en les Tuileries, pero no te veo, no te ríes, no me besas... 

      Cojo decidida la rue de Malesherbes y llego hasta la Place de Saint Augustin, tu plaza. Entro en la iglesia y cual Charles de Foucauld despierto ante la realidad de que tú no te has ido, estás a mi lado, siempre.

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