miércoles, 23 de febrero de 2011

torpe telepatía

No dejaba de darle vueltas, qué torpe..."En ese momento me di cuenta de que tendría que haberte besado. No te despediste de mí y bajé las escaleras del metro viendo cómo te alejabas entre la gente. Pensé: "Si corriese ahora hacia él y le besara no pasaría nada, puede que él me besara después""
Me mirabas y sonreías como jamás lo habías hecho. No te podía hablar, así que te lo pregunté luego.
- ¿Qué me decías antes?
- ¿Qué? ¿cuándo?
- Cuando me has sonreído...
- Ah! nada simplemente leía tus pensamientos y me hizo gracia pensar la cara que se te habría puesto si te hubiera besado...
Me quedé quieta. "¿Hola? ¿?¿qué es esto?¿?"
- Lo ves esa cara, esa es la cara que habrías puesto.
Y me besó.

lunes, 21 de febrero de 2011

Blue memento

Los fines de semana los dedico al turrón, la música y los libros. Cada tiempo libre que tengo lo consagro al mero disfrute del sol. A partir del lunes me adentro en los exámenes, la tiza y los cafés derretidos de las salas de profesores.
Era lunes. Me senté frente a una marabunta de pecas, rizos y algún calcetín. Las niñas me sonreían y los niños me tiraban mocos. Intenté sentarme mentalmente al otro lado. Yo también me reía, sonreía y hacía bromitas. Poco a poco, a medida que fui creciendo, empecé a valorar las cuatro paredes que me habían guardado durante 17 años de mi vida. Los apuntes, los trabajos, el agobio, los profesores, los intercambios, las peleas, las palmeras de chocolate, las chicas, las fiestas...
- El profe se ha dormido..
- Jajajaja...¡tú qué pipa!

Me desperté como de un dulce sueño, feliz, medio colocado.

- Marcos, fuera de clase.
- ¿Pero yo que he hecho ahora?
- Nada, por eso qué más te da hacer nada aquí que fuera.

Era el profesor no podía tolerar las faltas de respeto. Yo me lo pasé bien encajado en aquel pupitre verde. Pero cada tiempo tiene su cosa. Y aquello enanos de Moria no acabarían conmigo.

sábado, 19 de febrero de 2011

monos en derredor


"Empezaba el primer trimestre cuando te vi entrar por la puerta. Supe que eras español, porque aqui los franceses siempre parecen vagabundos, tienen su punto, pero no es lo mismo. Estudiabas Contemporánea y solo te quedabas un año. Odiabas a los franceses, hablabas, bueno más bien chapurreabas algo de francés y siempre llevabas una comitiva de pánfilas detrás de ti. Solo coincidiamos en los pasillos y en la cantine. Me enteré de cómo te llamabas porque Chloé, la pelirroja que te sigue a todas partes, chillaba tu nombre por el pasillo de la residencia "ooohh!! Javiergg, qu'est qu'il passe?? pour quoi tu ne m'aimes pas, je suis hipersexyyy!!!" Un episodio inolvidable, las volvías locas. Quise conocerte después de los estragos que dejaste en la pobre francesita, así que un día iba hablarte pero me mandaste a la mierda con un "je te connais quoi? non vrai? alors allé allé" Supongo que fuiste tan borde porque no habias dormido muy bien pero no, resulta que pasabas de hablar conmigo, qué interés tenia un española? tu buscabas algo fácil para un año, y que tuviera un atributo indispensable, el maldito glamour francés, para mi eras el Capullo de Madrid.
Hace una semana intentaste hablar conmigo pero sali corriendo, huyendo más bien, y como te vas mañana he decidido decirte por qué: porque me gustaste (es un error que tengo en la programacion de mi mente, me gusta gente que no me quiere ni ver) pero luego eras tan capullo que preferi no sufrir más era mi año en Paris no lo iba a malgastar contigo. Bon voyage!!María"


Dejé que se secara la tinta lo doblé y lo pasé por debajo de tu puerta. A la mañana siguiente estabas desternillándote en la puerta de Arte, no lo puedo olvidar.

lunes, 14 de febrero de 2011

14

- ¡Corre! no ves que llegamos tarde.
- Ya corro ya..
- Que corras Ginny en serio, ¡¡qué vamos a llegar tarde!!
- Pero es que no sé a donde me llevas...


Entonces llegamos a uno de los lugares más bonitos de Nueva York, nunca lo había visto. Buddy sacó una cámara y me hizo una foto.

- ¡Tonto! ¿qué haces?
- Que, ¿te gusta?
- Sí, desde aquí Nueva York parece una ciudad maquillada y preparada para pasar una noche fuera...
- Lo sé la preparé para ti.
- ¡No seas cursi!
- No lo soy, ¡es cierto! Estuve todo el día rezando para que no lloviese...Ya sabes en febrero no es raro.

Me reí y le besé, porque sabía que había estado clamando al cielo para que la temperatura no bajase de los 5 Cº...
- ¿Por qué teníamos que correr?
- Porque ahora tocan jazz un poco más allá y como sé que te gusta...
- ¡Es a ti a quien le apasiona el jazz!
- Tú sí que me gustas.
- Serás bobo... 

domingo, 13 de febrero de 2011

Copenhague,

Ania, hace frío y me acuerdo de ti. De eso que dices siempre de que prefieres el frío al calor. Me viene a la cabeza cada vez que salgo a la calle. Aquí todo es distinto a tu Rusia.
Cuando me levanto de alguna manera me convierto en explorador de todo lo que me rodea. No solo de la ciudad sino también de la gente. Aquí son un mezcla entre alemán y sueco y algunos tiene cierto toque francés. Tímidos pero encantadores, callados pero confiados.
SI vienes a visitarme ya sé que es lo que más te va a gustar, los paseos que me doy hasta el puerto todos los domingos. Me abrigo, no tanto como en Moscú, pero bufanda y gorro si que me pongo. Protegido del frío danés pedaleo hasta el puerto donde se ven los barcos perfectamente ordenados sin estarlo pues los pequeños se mezclan con los grandes.
Eterno azul mezclado con el rosa del cielo. Copenhague está hecho a tu medida. Frío, pero no como el ruso. Mar pero intocable prácticamente inmaculado, congelado. Historia y belleza a cada paso que das.
Pero Ania, aunque esto por escrito no se debe decir quiero que sepas que si vienes que sea para quedarte, para quererme aquí en Copenhague.
Te espero,
Niko

martes, 8 de febrero de 2011

Hallo!


Soy típica vecina que se encuentra con un vecino y ni siquiera le saluda. Les conozco sé quienes son pero no tengo tiempo para ellos.
Fui a ver a mi madre el otro día y me dijo que me estoy volviendo un poco egoísta con eso de ser diseñadora de mi propia marca. Y tiene toda la razón. Así que me he propuesto olvidarme un poco de mí, porque no por tener más títulos valgo más que el de al lado.
Salgo muy temprano para ir a trabajar. En el ascensor estaba mi vecino de abajo, “El alemán”. Respiro muy hondo y le saludo.

- Hallo! – le digo y pienso: “Que guapo es el alemán”.
- ¿Hallo? ¡No sabia que fueses alemana!
- No, no soy alemana.
- ¿Entonces por que me hablas en alemán?
- Por que tú eres alemán ¿no?
- No.
¡¡Que torpe Olivia!! Como era así rubito y de ojos claros...
- Por cierto, ¿Wie heiss dir?
- Olivia no soy alemán...
- Lo siento... – qué idiota... ¡Sabe mi nombre!
- Jorge.
- Encantada ¿A qué te dedicas?
- Soy fotógrafo, trabajo en la calle.
- ¿En serio? En plan de esos que fotografían a gente de la calle ¿no?
- Sí, algo así.
Llegamos al piso de abajo.
- ¿Y tú? ¿A qué te dedicas?
- Yo... soy diseñadora de moda. Y ¿por dónde sueles fotografiar normalmente?- digo así como para no caer en la tentación de hablar de mí.
- ¡Diseñadora!- cayó... es que es tan guay... ¡Por fin soy diseñadora!
- Sí - digo orgullosa- pero dime ¿dónde vas hoy a hacer fotos?
- A Nuevos Ministerios.
- Yo trabajo en Fuencarral. Normalmente voy andando hasta Gregorio Marañón así que te acompaño un rato del camino ¿Qué hay en Nuevos Ministerios para fotografiar?
- ¿Cómo? ¡Mil cosas! Pasa muchísima gente, y también están las adorables abuelas que dan de comer a las palomas.
- Y ¿qué haces con tus fotografías?
- Exposiciones. Pero aquí no, en Barcelona.
- ¿Por qué no aquí?
- Siempre he vivido en Barcelona y conseguí allí el local para las fotos.
- ¿Y por qué vives en Madrid?
- No lo sé. Oye y, ¿Cómo se llama tu marca?
- Sabarde.
- ¿Tienes alguna tienda?
- Sí pero en Londres. Estudié alli y...
Llegamos a Gregorio Marañón.
- ¿En Londres? ¿Que estudiaste?
- Diseño, diseño de moda en St. Martin’s.
- Mi hermana estudió alli.
- ¿Cómo se llama tu hermana?
- Gabriela Rell.
- ¡Gabi Rell! ¿En serio? ¡Qué fuerte! ¡La voy a llamar ahora mismo! Somos, bueno, es la única amiga que tengo de St Martin’s. ¡No me lo puedo creer!

Se empieza a reír a carcajadas y yo con él. Que pequeño es el mundo y yo intentando hacerlo más pequeño aún.

- Te parece si cenamos hoy, si no tienes algo que hacer claro.
- ¿Hoy?- pienso: “que directo”- Si... vale... me parece bien.
- ¿Dónde?
- ¿En el Vips? Es lo más elegante que te puedo ofrecer, es que me pillas con poco dinero...
- ¡Perfecto!- que bien... No quería perder esta oportunidad.
- Pues entonces hasta esta noche. A las nueve, ¿bien?
- Hasta las nueve entonces.

“Algo me dice que es él. Es él quien me va a querer toda la vida. Y te preguntarás ¿por qué estás tan segura? Porque sí, tu me hiciste ver que estaba siendo demasiado desinteresada con mis vecinos pensando que no valía la pena dedicarles ni dos minutos, me lo hiciste ver a través de mi madre. Y para llevar a cabo mi nuevo propósito me pusiste a Jorge que no es una abuelita, y eso que mi bloque está lleno de abuelitas, ni el cardo que vive en el sexto, sino a él porque querías que le conociera y que me diera cuenta de que valía la pena pensar un poco en los demás y menos en mi. Porque si no, no le habría conocido.”

sábado, 5 de febrero de 2011

Rythm

Hay días que transcurren al ritmo de una canción. Pasan rápidos. Con la base ligera de una batería o el minucioso punteo de una guitarra. Hoy mi día se presentaba A- Punk. Amanecía de café rápido en el Starbucks y moño mal hecho. Pero no siempre las cosas son como se piensan. Salía, como siempre, a las nueve de casa, es uno de los privilegios de que gozamos los profesores. Tenía un montón de exámenes por corregir estaba agobiadísima y me iba a morir de estrés . A- Punk resonaba en mi cabeza a martillazos mientras yo leía estupideces sobre "La importancia de llamarse Ernesto". Tenía dos horas para 50 exámenes , llevaba mucho retraso y no podía más.
De repente cambió el ritmo de mi día. Entró en el vagón una chica rubia de pelo largo y estilo hippie armada con una preciosa guitarra española y empezó a entonar suavemente "Circle game".
Entonces, solté los exámenes y volví a Madrid, al salón de mi casa, a las meriendas con té, a mi padre, a acostar a mi madre muriéndonos de frío en la habitación mientras relatábamos el día, a Isabel, a los cuentos, a las guerras de trincheras, a bailar en el pasillo, al cine en casa, a mis princesas, a los piratas, al sol...
-Tengo que volver pronto a Madrid. Huir de este peñazo de Londres y embarcarme en cualquier vuelo hacia mi casa, mi familia, mi alegría y mi sentido de vivir.
Dejar los exámenes en el vagón habría sido los más apropiado, pero seguí corrigiendo, tachando en inglés. Enfadándome por las calles de Londres, porque todavía no salía el sol y ya estábamos en mayo.
El móvil:
- Mum?- qué alegría oír su voz, preguntándome, a mí, en español, desde allí.

miércoles, 2 de febrero de 2011

sabidurías de café


Hoy me he levantado Henry Higgins. Voy a ir a cualquier café del centro de Madrid y voy a apuntar lo que dice la gente. Claro está que yo no soy un experto, no voy a ir adivinando de dónde es la gente ni nada parecido. Solo, y por curiosidad, voy a apuntar lo que dice la gente.

- No sé a mi sinceramente me parece retrasada. ¿Cómo se puede ir por ahí diciéndole eso a nadie? ¡Tia me parece fatal!
- Pff... a mi me suelta algo parecido y le suelto un guantazo pero así te lo digo eeh!?!
- O dos..

Dos mujeres de unos 30 años, de clase medio baja. Dos cafés solos y un croissant.

- Jajajaja.. no me lo creo tío flipante, qué digo ¡sublime!
- No, no espera que hay más. Coge la tía se da la vuelta y le dice: ¿Pero tu de qué vas? Que te crees, que puedes ir por la vida vacilando de esa forma. Para payasos Rusty, ¿Te enteras? jjajajajaj...tío no podía de la risa...
- Jajajaja.... a ver tiene su gracia pero el tío es medio idiota...
- A mi me da lo mismo me hace gracia ajajjaa

Dos adolescentes (mentalmente hablando) 20-21 años. Cerveza y Tónica, patatas.

Me dirigí hacia unas señoras mayores pero parecían haber observado con detenimiento mi extraña expedición. Yo me iba colocando estratégicamente en las esquinas del café. Me pegaba un poco a las víctimas y apuntaba corriendo lo que habían dicho. Pasé de las abuelitas. No encontraba a nadie. Y oí una voz a mi espalda. Me quedé quieto parecería más natural. Apunté.
- ¿Sabes? siempre me ha gustado ese tipo de hombre. Los que van haciendo cosas raras por el mundo. Los que se ponen un calcetín de cada tipo. Los pantalones rotos. Colonia de bebé. Esos tíos que parecen haber salido de una novela inglesa. Esos que son la personificación del despiste. Esos que no se dan cuenta de que tú te has dado cuenta. Los que llevan el pelo mal peinado, abrigo de su bisabuelo, cigarrillo en mano y muchas millas por delante.

Me di la vuelta. Mujer, 20 años. sola. Café y tostadas. No me había dado cuenta de que llevaba los calcetines desparejados, cosas de los lunes.


Rojo

- Pon alta la música. Que se oiga.
Íbamos en bicicleta camino de Barcelona. Típica locura que solo haces un vez en la vida. Nos compramos una radio a pilas y poníamos la música a tope. Twist and shout literalmente. El plan era a base de agua, mochila, poca ropa, poco dinero y ganas para agotarse y caer rendidas en la cama de cualquier albergue de España.
Llegamos a Barcelona, hacía sol, olía a mar y estaba llena de gente. Teníamos la piel abrasada, mucha hambre y ningún sitio a donde ir. Entramos en la catedral y al sentir el abrigo de la iglesia, el fresquito que dejaban entrever sus muros y la tranquilidad que transmitían sus altos techos nos dimos cuenta de que era el sitio perfecto para descansar, allí ,ante la Belleza.
Salimos.

- Sabes, tengo ganas de entrar corriendo al mar, tropezarme con las olas, llenarme la boca de sal y revolcarme incómodamente en la arena catalana. ¿Vamos?

El mar abre el apetito y nosotras previsoras habíamos reservado un importante capital para la noche de Barcelona. Noche. Gente. Música. El mar por la noche produce dos efectos: miedo y profundidad; relax.

- Me llamo Marc.
- Ana.
- ¿Bailas?

Sonaba la versión de Take on me de Annie B sweet.
- Bailo.

Barcelona.
Teníamos que volver, cogíamos el Ave de vuelta a Madrid al día siguiente. Madrid, sin Marc.

- Existe el teléfono. Y el internet.
- Prefiero seguir bailando contigo antes de volver a Madrid y enfrentarme a cuatro años de carrera viéndote nada más cuatro veces al año.
- Yo tampoco lo soportaría. Hagamos una cosa, iré a verte todos los fines de semana.
- ¡Eh! que a mí también me gusta venir a Barcelona déjame cogerme el Ave algún finde...
-Prometo bailar contigo, take me on your mind, chaque jour, sentiré la teva veu a través del telèfon.