domingo, 27 de abril de 2014

Petit, mignon et souvenir

Llegamos después de tres horas de tren. La ciudad estaba medio vacía y al ser de noche no se reconocían apenas los edificios. Hacía mucho tiempo que no iba y no quería estropear la primera impresión después de tanto tiempo. Para mí siempre había sido un sueño viajar allí. Al final, fui tantas veces que acabé acostumbrándome a ella. Esta vez quería verla mejor que la primera vez, con tiempo y en buena compañía. Sería diferente, sería mejor. Me limité a mirar al suelo sabiendo siempre a dónde iba. Simon iba a mi lado mirando un mapa.
 
-No vamos a perder Lea, te prometo que este no es el camino. Ya de entrada tendríamos que haber cogido el metro antes porque esto va a estar lejísimos. Mira, nos quedan por lo menos tres manzanas para llegar a la calle y luego toda la calle hasta el final, porque esto está en el número 78... De verdad, qué desastre, con lo bien que lo tenía yo planeado, llegar instalarnos y pasear antes de acostarnos un poco por aquí. Pero nada oye, ahora media hora para encontrar el piso este, llegaremos agotados... Ahora hay que girar creo, ah no, espera, ¡qué tonto! El mapa estaba del revés, a ver...
 
-Simon, me lo sé de memoria, por favor, fíate de mí. Estamos al lado.
 
Seguimos andando y en unos seis minutos estábamos dentro del minúsculo ascensor con las maletas. Olía a casa vieja, a edificio con historia, gastado. Olía a otra aventura juntos. Mi amiga Eva me había dejado las llaves debajo del felpudo como en las buenas películas, entramos. Hacía años que no estaba allí, y ahora que habíamos podido venir juntos todo tenía otro color. Sabía que a la mañana siguiente al abrir la ventana disfrutaríamos de la típica foto de las postales, que desayunaríamos en el café de abajo como lo había hecho tantas veces, y tantas veces sola. Saldríamos a pasear por la noche hasta esa parte del río que tanto me gustaba, nos tomaríamos algo escuchando un buen concierto de jazz ...
 
París no era el mismo estando juntos, era mejor.

miércoles, 16 de abril de 2014

The boat behind us

Anduve por sus calles como lo había hecho al principio, sin conocerla apenas. Llegué hasta el otro lado de la ciudad en menos de media hora, no es muy grande. Me dio tiempo a repasar el tiempo que había pasado desde que llegué, todo lo que había ocurrido. Siempre que se rememora el pasado, o por lo menos siempre que lo hago yo, suelen saltar un par de lágrimas de mis ojos e ir empapando poco a poco mi cara.
Hacía viento y un poco de frío. Es agradable la primavera, nunca se sabe si hará calor o es solo que el sol brilla sobre un frío invernal. Atravesé la ciudad vieja, subiendo y bajando cuestas, mirando distraídamente los escaparates... Pensé en sentarme a beber un café pero jamás me sentaría sola en una terraza, siempre  fue para mí una imagen de la absoluta soledad: alguien sentado solo tomándose un café mientras hace que escribe algo romántico. No, no estaba con el ánimo tan decaído. Seguí repasando mi año: septiembre, octubre, noviembre... Te asalta la duda de si estás aprovechándolo todo, de si estás haciendo las cosas bien, de si no te equivocaste demasiado entonces, de si supiste perdonar, sonreír, bailar o tan solo tomar apuntes. No sabes qué pensar y los coches siguen calle abajo. De repente de la ventana de un autobús te saluda alguien, es él. Sonríes, aunque ha interrumpido tu meditación sabes que estás deseando que se baje en la siguiente parada para pasear contigo. Así es, un poco más abajo sale del autobús y te da un beso diciéndote que había sido una tontería lo de ir a basket porque no hay, están ya de vacaciones. Le das la mano y sonríes.
- ¿Tienes la sensación de haber aprovechado todo este tiempo que se nos ha dado?
-Creo que ha sido un año maravilloso por el momento.
Él si que es maravilloso.

martes, 1 de abril de 2014

Quería decirte

Llevo tiempo queriendo decirte que eres mágica. Que tienes lo que nadie tiene, que eres irrepetible. Nadie se ríe como tú ni tiene tus ideas, tus viajes, tus sueños, tu voz... Nadie puede tenerlos sino tú. Eres valiosa y nadie puede quitarte ese valor. Eres extraordinaria y que nadie te diga lo contrario. Por eso, no malgastes ni un segundo de tu vida. No regales tu cuerpo a cualquiera. Besa solo si amas y ama solo si merece la pena. Que no sea cosa de una noche sino de mil. No dejes que nadie te tome por un affaire pasajero, tu eres una novela entera, no solo un capítulo.  Baila, canta y diviértete porque estás hecha para ser feliz. Cuando consigas darte cuenta de eso, de que eres feliz y de que eres única, entonces apareceré yo. Pónmelo muy difícil, hazme ver que yo no te merezco pero por alguna extraña razón no podemos vivir el uno sin el otro.
 
Ça fait longtemps que je voulais te dire que tu es magique. Tu as ce que personne n'a pas, tu es irrepetible. Il y a personne qui rigole comme tu le fais, personne a tes idées, tes voyages, tes rêves, ta voix... Personne peut les avoir sauf toi. Tu es précieuse et personne peut enlever de toi cette valeur. Tu es extraordinaire et ne laisse pas à personne te dire le contraire. Donc, ne perd pas une minute de ta vie. N'offre pas ton corps à quiconque.  Embrasse seulement si tu aimes et aime seulement s'il vaut la peine. Que ce ne soit pas un truc d'une soirée mais de mille. Ne laisse personne te prendre comme un affaire passagère, tu es un roman pas seulement un chapitre. Danse, chante et amuse toi parce que tu es faite pour être heureuse. Quand tu te rendes compte de ça, de que tu es heureuse et de que tu es unique, c'est moi qui va apparaitre. Rend-le difficile, fait moi voir que je ne te mérite pas mais que pour quelque raison étrange on ne peut pas vivre l'un sans l'autre.