domingo, 25 de enero de 2015

An dich

Hace tiempo que no nos tomamos las cosas con calma. Hace mucho tiempo que no somos nosotros mismos, sin preocupaciones, sin tristezas, sin distancias...

El otro día me vino el olor de tu jersey por la mañana antes de irte a clase, con sabor a café y la manzana del desayuno para el camino. La cabeza se me llenó de recuerdos del año pasado, de ti y de mí, juntos sin mirar calendarios. Pudiendo disfrutar, sin pensar que alguien nos recordaría que lo bueno se acaba. Te recordé sonriendo, como a mi me gustas, te recordé, mejor dicho, nos recordé felices como éramos. A veces es difícil tener la paciencia de decir que aunque las cosas no nos entren en la cabeza, es lo mejor que puede pasar. 

Ojalá siguiéramos paseando por las calles de nuestra ciudad. 

sábado, 10 de enero de 2015

Nuevo, todo es nuevo

Estábamos todos a la mesa. Los nervios me ahogaban, era una mezcla de alegría y angustia imparable. Estábamos todos juntos. Sentí que el tiempo se paraba, repasé cada mes del año, repasé cada día, cada momento, cada despertar. Este año había vuelto a casa, habíamos viajado mucho, habíamos reído y me enfadé más de la cuenta. Lloramos, sí, lloramos mucho pero solo de amor y de alegría. Hubo momentos horribles, nieblas imborrables de la memoria, frustraciones. Descubrí un nuevo mundo y me descubrí de nuevo. Bailé y canté al son de muchas músicas, aprendí nuevas canciones. Me enseñaron a vivir, la experiencia me mostró otro camino. Vi lo bueno y lo malo, vi que valía la pena... Volvieron a girar las agujas del reloj, volvíamos a estar todos a la mesa; comíamos y recordábamos, bebíamos y cantábamos. Estábamos todos juntos y es como debía ser.