miércoles, 22 de junio de 2011

Siempre en medio, siempre.

Ayer recordé las vueltas en metro, los sonrojos y las tonterías que al rato me hacían reír. Recordé cómo era eso de mirar para atrás y verte, o pillarte mirando hacia delante. Como era eso de oír tu risa y querer saber qué era lo que la provocaba. Recordé tu nombre escrito por toda mi agenda. Historias inspiradas por aquellos estúpidos y fugaces trayectos subterráneos. La camiseta del mono, éxtasis. Pensé en el día que me bajé en tu parada y me acompañaste todo el camino que pudiste. Subir las escaleras detrás de ti sin saber cómo abordarte sin parecer idiota. Cuando conseguíamos ir solos me hablabas de ti y yo de mí, pequeños diez minutos que servían para distraer horas y horas de estudio.
Quevedo ya lo dijo esto es una enfermedad incurable, crece cuando la cuidas, no puedes apagarla, se propaga poco a poco y cada vez es más grande, más fuerte, más... en mi caso más tonto.... l'amour.

Sabes, creo que Tribunal se nos ha quedado pequeño.

martes, 21 de junio de 2011

Doña Inés del alma mía.

"El teatro, el teatro. ¿Qué normas obligan a que el teatro esté concentrado en unos feos edificios situados en unas calles determinadas de Nueva York, o de Londres, París o Viena? Oiga y aprenda, joven, ¿quiere saber lo que es teatro? Un circo de pulgas, una ópera, y un rodeo, carnavales, ballets, bailes de tribus indias, marionetas, un hombre orquesta: todo eso es teatro. Donde haya magia, y ficción, y un auditorio, allí hay teatro. El pato Donald, Ibsen y Pirandello, Sara Bernhardt y Croc el Payaso. Lunt y Fontanne, Betty Garble. Rex, el caballo salvaje, Eleonora Duse: todo es teatro. No los comprende uno a todos, nos nos gustan todos, ¿y qué importa? El teatro es para todos, incluida usted, pero no en exclusiva. Así que no apruebe o desapruebe. Tal vez no sea su teatro, pero es el teatro de alguien, en algún sitio"

Eva al desnudo

Salir al escenario, ver sus caras. Pensar que quizá ellos sientan lo que tu sientes pero no saben lo que has pasado y vivido hasta lograr que la angustia, el amor y la confusión se apoderaran de tu alma.

viernes, 10 de junio de 2011

fearless

Un ruido, un cristal que se rompe. Un grito de alegría. Un aleluya de Haendel. Un simple chasquido. Palomitas recién hechas. Fuego. Un amor. Humo de cigarrillo en una foto. Una risa de bebé. Una lágrima de emoción.Una complicidad maravillosa. Un zumbido. Algo se repitía en mi cabeza: soy libre.

jueves, 9 de junio de 2011

Metamorfosis


Tienes un famoso apellido, no es tu culpa.

Ya estás despierto. Te sientas en la cama mirando sin ganas por la ventana, un mar de rascacielos se levanta ante tus ojos. Te lavas la cara, los dientes y cuando vuelves a la habitación hay una bandeja sobre la cama. 'El desayuno mister Mollen'. Bien, café, tostadas y el periódico, todo ello en letra negra, sin color.


El nudo de la corbata te ahoga lentamente mientras te peinas con prisa en el ascensor. Sales, corres, 'taxi!'. Eres un esclavo oficinista, aunque se supone que mandas tú. La empresa era de papá y pasó torpemente a tus hábiles manos. La has tranformado, mejorado quizá, te gusta tu trabajo, te gusta Nueva York, pero estás solo.

21.00, siempre se te hace tarde. Corres, 'taxi!'

- Hola, buenas nohes. Duane Street por favor.
- ¿Tiene prisa, mister Mollen?
- Ehm... no...

Subes y la corbata se relaja, sales del ascensor. En el pasillo hay una joven vestida de verde, muy guapa.

- Buenas nohes.
- Oh, ¿mister Mollen?
- Sí.
- Soy Agathe.
- ¿Debería conocerla?

Se parecía a Margaret, su expresión, su miedo.

- Papá, soy Agathe...


Margaret desapreció de Nueva York hacía dieciocho años, te había dejado solo, no sabías por qué, no pudiste oir música desde entonces, no disfrutabas del verano, no volviste a leer.

Pero ahora no te llamarían mister Mollen, te llamarían papá, volvería a sonar la música, el sol ardería en el cielo y disfrutarías de Paul Auster en Central Park.

martes, 7 de junio de 2011

moscow

Fuimos felices, perdiendo y aprovechando el tiempo. Cogiendo apuntes o simplemente bostezando trimestre tras trimestre. Llegando tarde o llegando tan pronto que no había nadie. Estudiando, o no. Llorando de alegría, de risa... la histería que 'a algunas' nos da. Crecimos, crecemos e inevitablemente lo seguiremos haciendo. Corrimos, jugamos, andamos y a los 17 ya ni nos movíamos de clase, maldita pereza adolescente. Vimos mucho, aprendimos mucho.

De pequeña solo valoraba a aquellos que nos hacían reír, que no mandaban deberes. Ahora, de mayor disfruto de los que enseñan, de los que saben, de los que aman lo que hacen y así nos hacen amarlo también.


Y siempre pasa lo mismo.
Lo bueno se termina.

Me vino San Basilio de Moscú a la cabeza, podría empezar a aprender por ahí, por Moscú, por lo inexplorado que a mi amigo tanto le gusta.


lunes, 6 de junio de 2011

Deçue

Jamás la había visto así. Llevaba el jersey más feo que American Apparel podría haber fabricado. Iba maquillada como una diva de los 80, sombreada hasta en la frente de azul cerúleo. Lloraba desconsolada mientras engullía sin reparo un donuts cargado de calorías, muy raro en ella.

- ¿Rose?
- Sí, soy yo.
- ¿Se puede saber qué estás haciendo?
- Comer.
- Ya, pero, ¿por qué?
- Porque siempre he querido hace esto, comer, comer y comer hasta conseguir una panza digna de los Simpson.
- Rose, tú... ¿panza? ¿De qué vas?
- De diva de los 80'
- Jajajajaja no, ¿qué ha pasado?
- Ha desaparecido, se ha ido para siempre, jamás le conoceré.
- ¿A quién?
- Al hombre de mi vida.
- ¿Quién era?
- Paul Newman, se murió ayer.
- Jajajajajajajajajajajajaja...
- No tiene gracia, estoy muy afectada Barry, ¡¡no te rías!!
- Me encanta que pongas esa voz de niña pija de Beverly Hills...
- Jo...

jueves, 2 de junio de 2011

piccolo errore

Nos habíamos sentado en la plaza del Capitolio a comer pipas. Antón estaba muy lejos hablando con su hermano Rafael. Yo no dejaba de pensar lo mal que lo había hecho. La princesa no se rebaja a suplicar nada, sino te hace caso es porque no quiere, ya está.

- Allegra, puedes venir un momento. Tengo que hablar seriamente contigo.

Antón estaba detrás de mi. ¿Seriamente? No, yo no esperaba un seriamente.

- Si, claro...

Empezamos a dar vueltas entorno a la estatua que está colocada en medio de la plaza.

- Dejame en paz ¿quieres?
- Pero, ¿yo qué he hecho?
- ¿Cómo que qué has hecho? Deja de escribir cosas estúpidas, deja de mirarme así, deja de enviarme mensajes...
- ¿Escribir?
- Venga ya Allegra, no lo negarás. El artículo que publicaste en la revista de la academia.
- Escribo lo que me da la gana.
- ¿Por qué escribiste eso?
- Me sentía mal, tenía que desahogarme. Además tú nunca lees esa revista.
- Ya pero me dijeron, "Eh Antón, Allegra ha escrito una cosa en la revista que quizá te suene" ¿No crees que es suficiente?
- Lo siento...
- Si no te he contestado, si no he hablado contigo, si no te he hecho ver nada, es porque no quiero. No porque no me atreva, sino sencillamente porque no. No eres la persona que siempre he imaginado. Además tienes esa concepción del mundo que lo complica todo.
- ¿Qué dices?
- Si tú forma de pensar. Tan ingenua, tan irracional, tan arcaica... tan veramente italiana. Allegra no soy... Déjalo ¿vale?
- Lo siento Antón, lo siento mucho. Pero la gente decía cosas que... No sé me hicieron pensar... He sido una imbécil y tienes toda la razón, saldré de tu ida como si nunca hubiera estado en ella.
- Tampoco es eso, quiero ser tu amigo Allegra, nada más.
- Ya, pero yo no lo soportaría...