miércoles, 31 de agosto de 2011

dis moi c'est quoi ton problème?

Elle me dit "écris une chanson contente,
pas une chanson déprimante,
une chanson que tout le monde aime"


Y entonces se encendieron las luces con acento francés. Todo el mundo bailando al ritmo de una música contagiosa.

- Que bien bailas.

En realidad solo me dejaba llevar por sus suaves manos. No era más tarde de las 10 cuando me cantaba al oido 'Lady, lady, lady...' Y sus manos cogían las mias y me hacían girar, saltar y agacharme. No podía dejar de reírme. Ya no era una simple sonrisa era una risa imparable, la felicidad traducida a un par de pasos del más sofisticado rock francés.

- Maintenant tourne, un peu plus rapidement, vite vite, ou lá! la fille!
- Qu'est que je dois faire??
- Rien, laisse toi faire...

A la luz de una linterna mire fijamente tus ojos.

- Putain, c'est quoi ça?
- On l'appel l'herbe.
- Ta gueule...

Y al dia siguiente.

- On se revera à Panam.

domingo, 21 de agosto de 2011

numero 2 en azul cerúleo.

Se llamaba Antonio, si Antonio Velasco. Pasaba todas la tardes por delante de mi casa montado en su scooter roja. Al pasar por nuestra cuadra dejaba una rosa encima de mi ventana y se perdía entre la marabunta de coches que asomaban calle arriba.
A mi él siempre me gustó, me encantaba el detalle de dejar la rosa encima de la ventana sin decir absolutamente nada. Pero cuando ya de noche me arreglaba y bajaba al pueblo a ver... Allí estaba él, el chico más guapo del lugar platicando con el resto de niñas. Traidor, la rosa siempre me olió amarga.
Él les soltaba frases hechas que hacía que ellas se derritiensen como bombones al sol.
- Dame un par de noches y te amaré.
- Dame una sonrisa y no te olvidaré.
Esas cosas que a mí  me ponían bien nerviosa. Pero un día corrió a mi casa, sin la scooter y sin esos aires de caballerote rompecorazones y me dijo:
- Hey linda, perdóname que tú sabes que yo..

No le dejé terminar, le quise. Aún le quiero.

sábado, 6 de agosto de 2011

Knocking in the eyes of love.

Pennsilvania 1960...

Quizá fue la fuerza de la lluvia aquella noche. Puede que las luces de los coches que pasaban a toda velocidad. El cargo de la responsabilidad. Una vida que dependía de ti. Un llanto en la oscuridad. La angustia de no tener ya nada más que darle. El miedo a que tus piernas no aguantaran toda la noche. Te lanzaste a la desesperada.

Estaba envuelto en su mantita de cuadros, lloraba, lloraba, lloraba... Tenía hambre y tu también. Estabas sola. Vislumbraste la luz de una hermosa casa a lo lejos. Con las pocas fuerza que te quedaban anduviste hasta la puerta y miraste por la ventana. Era una casa pequeña pero acogedora. En el sofá había un hombre joven leyendo, solo. No, si no había una mujer, pensaste, no es buen sitio. Pero de repente apareció una mujer joven muy guapa con un pastel en las manos y cantando alegremente. Tú seguías allí parada con el pequeño entre los brazos, tiritando. Ella te vio, se le cayó el pastel y se rompió la fuente. Fue corriendo hacia la puerta. El pequeño Dani seguía llorando... 

Él pudo disfrutar de un beso cariñoso todos los días de su vida, tú le observabas desde arriba.

martes, 2 de agosto de 2011

JMJ 2011 MADRID

Universal. Sí, mundial, internacional. Más de un millón de personas. Madrid por unos días quizá iguala la población de Tokio (:D) . JMJ, es decir, Jornada Mundial de la Juventud. Free you baby! Libérate de complejos, no estás solo hay un montón de gente que está igual de loca que tú, sí, enamorados de la Vida, del Amor, de la Paz... Somos ejemplo para un montón de cuerdos. De gente que todavía no Lo sabe. Gente que en cuanto te vean reírte, rezar, bailar, chillar y cantar en más de ¿20 idiomas? no creo que se queden igual.

Agosto 2011. Madrid. Cuatro Vientos, rojo, rojo de Pasión, una Pasión que nos liberó a todos. Una persona y miles de jóvenes. Una Verdad y un Dios. Una fiesta, una gran fiesta de Fe. Enseñémosle al mundo que se puede ser feliz. Ser feliz aunque no tenga trabajo, aunque esté solo, aunque sea pobre, aunque sea demasiado rico, ser feliz tanto aquí en Madrid como en Lusaka. Solo hay que querer, y pedirlo.