martes, 11 de septiembre de 2012

Ich brauche dich

No ha llovido prácticamente en todo el verano, no sé que hacer con el huerto y las flores de Frieder. Las ventanas siguen llenas de polvo y el disco que puso Rosa al salir se ha rayado, no deja de sonar un ligero repiqueteo. Mi vaso de leche ya está vacío y no he podido terminarme la tostada. Estoy muy cansada. En estos momentos Frieder solía poner buena música y dos copas de vino encima de la mesa y empezábamos a bailar hasta que yo me empezaba a reír y entonces él me besaba. Acabo de oír la puerta, espero que sea Rosa, le voy a pedir que limpie las ventanas, no puedo seguir viéndolas así. No, no parece que haya entrado nadie. Será el viento. Llevo tanto tiempo sola que ya no sé distinguir el viento de los pasos de mi hija. Estoy medio sorda y peso menos que nunca. Ojalá este cuerpecito me hubiese pillado con veinte años. Podría haber lucido aquel vestido de lunares rojos de mi madre, no, pero no, qué digo. Si hubiese estado como ahora jamás habría enamorado a mi Frieder, a él le encantaba mi cara regordeta, siempre me la llenaba de besos.. ¡Oh Frieder! Si supieras cuánto te echo de menos. Pero no voy a llorar, tú siempre me decías que solo podía llorar contigo, solos, que nadie se enterara de que yo estaba triste por nada. Decías que era una persona alegre, que siempre te había gustado eso de mi.
Frieder, vuelve por favor, necesito que cuides las flores y arregles el huerto. Necesito que enseñes a sumar a Jakob, necesito que Eloisa termine el puré para poder limpiar las ventanas y acostar a Peter, necesito que me beses otra vez, necesito que me levantes de este horrible sofá que me está destrozando la espalda, necesito que volvamos a casarnos...

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