lunes, 2 de julio de 2012

Konzert

Me casé con Alojs en 1990. Yo tenía 24 años y él 27. Nos conocimos porque mi hermano Otto era amigo de Alojs desde la universidad. Alojs es violinista y hoy tiene un concierto. Es en Kreischa. Yo por fin puedo ir, hemos conseguido que mi suegra se quede con los niños. Tenemos cuatro hijos: Peter, Ilse, Otto y Agnes. El concierto es en la iglesia del pueblo, tocan algo de Bach, no me he enterado bien de qué exactamente. Como hemos llegado una hora antes porque Alo tiene que ensayar me he dado un paseo por el cementerio que rodea la iglesia. Es terrible para mi pensar en lo que fue Dresde  esos años. La gente huyendo, escondiéndose o matando a otra gente. Familias enteras perdidas en el fuego del odio, entre el egoísmo de otras familias. La gente mayor en Alemania no suele contar nada, nada de antes. Hablan del tiempo, de los precios en la frutería o de lo que han predicado ese domingo en la iglesia. Quieren olvidar. Pero allí estaban esas tumbas. Nombres y nombres todos desaparecidos en los mismos años. Veo un matrimonio joven, unas hermanas, la familia Hauer... 
Ya es la hora y entro en la iglesia. Me pongo la chaqueta, dentro hace frío. Busco mi entrada en el bolso, no me acuerdo en que banco me ha tocado sentarme. A mi izquierda hay una señora mayor que me deja pasar amablemente. Se ha puesto un sombrero precioso para la ocasión, creo que es la madre de Ute, la contrabajista. Desde mi sitio puedo ver perfectamente a Alo, es el segundo violín de la orquesta filarmónica de Dresde. Su madre es húngara. Durante la DDR lo pasaron mal, vivieron en Prohlis y allí, a base de tocar el violín en la calle Alojs se hizo un maestro. Miro a mi alrededor y todo el público me saca por lo menos 30 años. Imagino sin querer que son los nombres que pueblan el cementerio y me entra un escalofrío. Empiezan a tocar y veo Dresde ardiendo tal y como lo contaba mi padre...

- Ruth, te has dormido?


La iglesia está vacía y Alojs se ha cambiado de ropa. 

- Estoy acostumbrada a dormirme con ese violin... 

- Me ha dicho la madre de Ute que estabas llorando, estás bien?
- Ah! Era la madre de Ute... Si cielo, estoy bien, pensaba en aquellos horribles... Nada mi vida, estoy bien. 



1 comentario:

  1. Increíblemente real y a la vez sacado de.un sueño con aromas de otoño y frío....

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