jueves, 27 de enero de 2011

Inema y Rido


Conocieronse de oídas primero. Fotos, opiniones y habladurías. Un cinco y un treinta y uno. Al verse, ella se enamoró pero él se rió y se distrajo por un tiempo con un mito de los griegos.

Después de haberse visto en estampas y oído cosas sobre el uno y el otro no hablaron, durante un año no hablaron. Ella se olvidó, él la recordaba atenta y sonriente morena y sonrosada. Mirando desde su mesa hacia detrás y riendo a carcajadas. Ella le escuchaba en fotos y letras de extraños, pero ya no soñaba. Pasó el verano de viajes y de lenguas para ambos, no se imaginaban, ni se veían, ni se escuchaban.

Se vieron y todo cambió se enamoraron los dos a la vez y no los dos a contratiempo. Se miraron y se hablaron hubo obstáculos y fracasos. Él se fue distanciando y ella lloraba por dentro, de impotencia. Ya lo demás yo no lo sé pregunten, a lo sabios.

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