lunes, 28 de septiembre de 2015

Long life to Life.

Intentar encontrar la palabra adecuada, mientras un montón de niñas juegan a tu alrededor no es lo que siempre había soñado. Estar sentada en el suelo con el portátil, cubierta de colores y papeles, café en mano y viendo cómo pasan las horas mientras yo sigo sin terminar lo que tengo que hacer, no es lo que había planeado. Ser la asistente creativa de una pequeña empresa sí era mi sueño, pero no empezar a serlo a los 21 años. 

-¡Mami! Ya hemos terminado. Ha sido súper guay.

Ramona ha salido de clase de ballet, a ella tampoco la esperaba. Es la mayor aventura de mi vida. 

-Hemos empezado a ensayar la función de Navidad y creo que voy a estar de las primeras, no todo el baile pero la mayoría. ¿Tienes merienda?

-Si gordita, he traído zumo y un bocadillo. 

Tiene 3 años. Y llegó sin avisar, siempre lo que viene así, sin haberlo planeado es lo mejor que te puede pasar en la vida. Tenía 19 años cuando me enteré de que estaba esperando a Ramona, empecé a llorar y a sentir mucho miedo, por todo. Andar por la calle me producía vértigo, nada iba como lo había planeado. Sin embargo, desde entonces me di cuenta de que no era lo único que no había planeado. No planeé que mis padres no fueran a estar apoyándome desde el principio; que mis hermanos no hicieran más que ayudarme con todo. Todo. No esperaba que Mindy dejara de hablarme cuando se lo dije. No pensé que fuera a estar más guapa y más feliz a cada día que pasaba. Todo eso no lo planeé pero claramente era mejor.

Recuerdo coger el coche y conducir sin parar hasta la casa de Dan con la cara llena de lágrimas, me sentía la más idiota y la más desgraciada. Al verme llegar, salió al porche y me dio un beso. Me abrazó fuerte y me pidió perdón, sonrió y me volvió a abrazar. Estuvimos así un buen rato; tres meses después, nos casamos. Eso tampoco lo había planeado. Pudimos mudarnos a Arizona y rehacer nuestra vida, y con Ramona somos felices. Mi madre me llamó el otro día después de 3 años y fue emocionante. La vida llega así, llena de sorpresas.

Yo era una chica de Alaska, acostumbrada a tenerlo todo de mi parte, a vivir tranquila donde la vida me había puesto, a vivir el momento. Nunca me planteé un compromiso a largo plazo, estaba saliendo con Dan porque estábamos bien juntos, no pensamos en Ramona. Pero Él sí, y nos la mandó en el mejor momento. 

Deja que la vida te sorprenda y cuando llame a la puerta, déjala entrar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario