domingo, 10 de junio de 2012

Möglicherweise

La vi saliendo del 11 en Albertplatz. Llevaba la cartera en la cabeza porque le sorprendió la lluvia. Casi la atropella un coche en el paso de cebra, se resbaló con el tacón. La vi desvanecerse en un millón de gotas de agua. La chaqueta mojada hacía más pesada su vuelta a casa. Me levanté como un idiota del banco y corrí calle abajo hasta el cruce con Louisenstraße. La llamé por su nombre: Maleah. Se giró, vi la luz en sus ojos y me atreví a dar un paso más. La lluvia no paraba, todo daba igual, nos habíamos encontrado. Habíamos superado las barreras del destino, habíamos burlado otra vez los comentarios de los sabios. La cogí fuerte de la mano y me dio la cartera, pesaba bastante. Antes de llamar a su casa me dijo que volvería, como antes, a bailar a las orillas del Elba nuestra canción favorita.

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