domingo, 25 de octubre de 2015

Daydreamer

Creo que tenía 13 años cuando, paseando por las oscuras calles de Montpellier, soñé que viajaría por todo el mundo. La Ópera coronaba una hermosa plaza de la ciudad y los borrachos poblaban sus parques. Estábamos esperando el tranvía y todo el mundo hablaba francés. Creo que entonces soñé que iría a una universidad extranjera, que aprendería francés y que me casaría con alguien de otro país. Soñé todo eso en el poco tiempo que tardó el tranvía en llegar. Cuando soñaba ese tipo de cosas, que aún sigo soñando, mi corazón latía más fuerte y más rápido, una enorme sonrisa se dibujaba en mi rostro y quizá dos lágrimas caían sobre mis pómulos. Sí, siempre he sido feliz soñando, y gracias a Dios, he cumplido muchos de mis sueños. 

Recuerdo subirme al tranvía y ver como un joven no alcanzaba a entrar y pensar, ¡cuántos tranvías perderé yo viajando por el mundo!

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