viernes, 11 de diciembre de 2015

Friendly kind of freak

Los viernes por la tarde no corrijo exámenes ni preparo clases. Los viernes ordeno el piso. Me centro en la cocina y la dejo como para que la hagan fotos. Mi cuarto y toda la ropa acumulada durante la semana. Los papeles de los dos mil seminarios de la uni a los que quiero ir pero que nunca tengo tiempo. Luego pongo una lavadora y mientras intento llamar a mi madre, que nunca puede hablar, porque está conduciendo o lo que sea y termino hablando con mi hermana que me cuenta del instituto y de lo tontas que son las niñas de su clase. Le cuento que aquí en Berlín los institutos deben ser muy distintos. Cuando termina la lavadora, la tiendo, sabiendo que no se secará hasta quizá mañana por la tarde. Me hago un té, con poca azúcar, y si queda del bizcocho que me hice el domingo pasado, pues con bizcocho de zanahoria. Me gusta sentarme a leer en el salón, mientras escucho el ruido de la calle. Mi cuarto ya está. La cocina y el salón también. El cuarto de baño le toca o a Tilman o a Agatha, ya no me acuerdo a quién le toca los viernes. Agatha suele llegar sobre las 6h30 con un plan maravilloso que me salva de mi rutina y acabamos en cualquier mercadillo clandestino o en un concierto de mierda. Pero es un buen plan, porque la gente es lo que importa. A casi todos mis amigos los he conocido en clases de la uni en las que me cuelo, en la presentación de un libro en la librería española de Neuköln o en conciertos en algún garito de Kreuzberg. Agatha me ha enseñado un Berlín que no conocía y hace que me olvide de los exámenes de mis niños, de que en Madrid hace mejor tiempo, de que sigo soltera y de que era ella quién tenía que haber hecho el baño, porque los viernes le toca a ella. 


I wanna be as cool as Berlin
I wanna be future with a history
Out of tune but in my melody
Je m'en fous, but very trendy

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