jueves, 12 de febrero de 2015

Restless

 Por la mañana es más fácil darse cuenta, ya sabes, cuando abres los ojos e intentas ver algo. Te das cuenta de que sigues allí, en la misma habitación que hace veinte años. Están casi los mismo muebles, y sobre todo, el mismo ambiente, el desorden y la venta abierta para ventilar. Durante mucho tiempo, en mi vida todo ha seguido siendo igual. Tú fuiste mi mayor cambio y después de eso, tuve que volver a esta habitación, a despertarme y ver los mismos muebles, a abrir la venta para que corra el aire y darme cuenta de que tú aquí no estás. De repente lo que había cambiado intentaba volver al sitio del que salió, pero no era tan fácil. Intentaban meter el bizcocho de nuevo en el molde y se deshacía poco a poco. 

 Te decía que es por la mañana, nada más despertarme cuando me sumerjo en un vacío que no sé a dónde me lleva, me deja pensar que no existes, que no eres quien yo creo, me dice y me susurra que nada de lo que pasó es cierto y me hace sufrir. Intento volver al molde pero mi alma se resiste, quiere cambiar contigo, quiere que cada día sea diferente. Quiere hablar mil lenguas y aquí solo entienden una. Quiero despertarme y que lo primero que vea sea tu sonrisa y un sol cegador que me recuerde que todo es cierto, que estamos juntos y que nadie, nunca jamás, querrá separarnos. 

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