"Y es que es verdad que nunca te lo esperas. Siempre planeas hacerlo de una forma, que todo llegue cuando a ti te parece mejor, de la manera más adecuada, que no vaya muy rápido pero que tampoco te tenga esperando meses. No, jamás ocurre como te lo habías imaginado. Y, aunque lo digan mucho, no deja de ser verdad lo de que como ocurre, termina siendo la mejor versión de la historia.
Yo creía que tus ojos quedarían en el recuerdo, que tu olor en el jersey que te presté sería parte de mi memoria, pero no: aquel mes de febrero parecía llegar con miedo y ya cumplimos más de tres años. Qué quieres que te diga, no me lo esperaba.
Todo me parece parte del mejor de los guiones. Y ganaríamos todos los Oscars a mejor fotografía con las instantáneas que inmortalizó tu Canon aquel invierno en Amsterdam. Los kilómetros que hemos recorrido en la furgoneta de mis padres son equivalentes a la de veces que te planteas todo, porque eres impredecible, y cambias de idea cada cinco segundos. Eso me encanta.
No entiendo cómo ha pasado tanto tiempo sin que supiese que contigo todo iba a ser mejor, y al mismo tiempo, agradezco que me dieran algunos años para merecerte. Necesito que me lo repitas todos los días, que me quieras sigue pareciéndome increíble. Yo sé que jamás me cansaré de quererte.
Como te digo, no me lo esperaba pero no quiero seguir esperando, ¿te casarías conmigo este mes de mayo?"
- Sabes que hablar no es mi fuerte y estuve escribiendo esto para aprendérmelo, pero sabía que se me trabarían las palabras, ¿qué dices?