miércoles, 28 de octubre de 2020

Último

 Recorrí las arrugas de su frente con el dedo, seguía dormida. El médico había dicho que es lo que más le convenía, descansar. Al mirar de nuevo los surcos que recorrían su rostro me vino a la cabeza el recuerdo de verla joven, en su cuarto de baño echándose rápidamente una crema por la cara; estaríamos llegando tarde a algún sitio. Me acuerdo de pedirle que me echara a mí también, entonces ella me colocaba dos pegotitos en los mofletes y me sonreía mientras decía que éramos iguales. Cuando le pedía ponerme sus pendientes se preocupaba un poco más. 

Creo que es la persona a la que más he querido, con mi padre, claro. Pero por mi madre es algo distinto, supongo que es lo normal, son relaciones diferentes, no vamos a sentir lo mismo. Estando allí, vigilando su sueño, quizá uno de los últimos, di gracias por todas las noches que ella me acompañó en el mío, desde el minuto cero. Entonces sentí la necesidad de abrazarla como ella lo hacía, de recordarle que no estaba sola, que estaba allí con ella. Cogí su mano y la besé, quizá más fuerte de lo que quería, puede que intentase despertarla para que habláramos. Deseaba verle los ojos, sus ojos verdes como las aceitunas. Solo necesitaba unos días más, para estar con ella, no estaba preparado para dejar que se fuera, no todavía. Se me antojó pensar que a lo mejor nos dejaran ir a dar un paseo juntos, nuestra última aventura. De pronto empezó a toser y se despertó, al verme se le dibujó una sonrisa, dulce y grande, como ella era. 

- Te voy a echar de menos, mi vida. 

- Y yo, mamá. 

- No dejes que esto te quite ni un minuto de vida, yo me voy pero te dejo para que sigas dándolo todo, como tú y yo sabemos... Es duro irse, ¿sabes? Pero en el fondo de mí lo quiero, estoy deseando abrazar otra vez a tu padre. 

-Ay, mamá, y él te está esperando seguro, pero quédate un ratito más conmigo, para que hablemos, y luego te vas. ¿Te parece? 

- Me parece...

Fue nuestra última conversación, nunca me alegraré demasiado de habérselo pedido.