No sabes lo que hiciste. No tienes ni idea de como lo dejaste todo, desordenado, roto. Tengo que estar todos los días dedicándome a ello para que vuelva a estar como estaba. Nunca fuiste consciente del caos que impusiste. No sabes lo que hiciste. Entrar así, casi sin llamar y vendándome los ojos. Te creí y te di mi tiempo y mi cariño. Te confié mis secretos, mi vida. Inconscientemente los tiraste a la basura y empezaste a extender tu confusión. Empezamos a encerrarnos en tu universo; sin dejarme salir. Me dejaste sin respiración y aún ahora hay días que me ahogo recordándolo. Sin embargo, como soy idiota, te echo de menos. Y solo acordarme de la primera vez que me dijiste cuanto me querías, me hace llorar. Sigo estancada en tu sonrisa y en tu recuerdo. Me gustaría tomarme ese café contigo y llamarte de vez en cuando.
Sé que hice lo que los dos necesitábamos, pero ya sabes cómo soy, nostálgico-compulsiva, me gusta pensar en ti, aunque duela.
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