de danielvelasco@gmail.com
a anarevelles@gmail.com
Ayer me senté a la mesa, solo. Miré al frente y vi puesto tu plato, tenedor y cuchillo. Era miércoles y tú sueles bendecir de forma especial cada día, manía o costumbre, a mí me encanta. Cogí el tenedor y empecé a darle vueltas intentando recordar cómo era la oración de los miércoles. Te imaginé con los rizos alborotados recogidos, no se sabe cómo, en un lápiz de color rojo. Te colocas, nunca falla, el jersey antes de sentarte, otra manía. Me miras y sonríes calmada, no sé como explicar eso, es paz lo que transmite esa sonrisa de mediodía. Cierras los ojos y empiezas 'Señor, te damos gracias por el pan de cada día' Entonces te paras y entreabres los ojos, supongo que para confirmar que la comida sigue siendo la que has hecho. ' Por los macarrones y el pollo que nos has regalado hoy, por la paciencia de mi marido y por haberle dado tan mal paladar para les répas...' Eres maravillosa. Entonces sonríes otra vez y dices: ¿Quieres empezar que hoy me han salido de vicio?
Te echo de menos, echo de menos cada detalle. Solo llevas allí tres días y ya te echo de menos, esto es de médico...
Te quiero bobona
de anarevelles@gmail.com
a danielvelasco@gmail.com
Te prometo que hoy he soñado con eso, con nuestras comidas de los miércoles, supongo que las cenas con los niños serán más llevaderas ¿no? una especie de ágape en el que tu actúas de pacificador entre las niñas... No te imagino. Mis comidas aquí son muy distintas. Los platos son medibles en centímetros. Ayer, por ejemplo eran dos alcachofas con unas gotitas de salsa y una hoja de no sé qué adornando el plato. TENGO UN HAMBRE VORAZ. Son tan sofisticados que rozan el síndrome. Pfff... y las reuniones somníferas, quiero llegar ya a Madrid y comerme un buen cocido y recuperar los kilos que estoy perdiendo... jajaja.
Te quiero, me tengo que ir corriendo al Wundes algo, es que no sé ni lo que es.. ya ni entiendo a los alemanes, es el hambre te lo digo yo. Luego te escribo más largo
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