Siempre fue mi mejor regalo. Porque en Navidades se habla de todo pero sobre todo se evocan tiempos pasados, que no tienen por qué ser mejores pero los recordamos con un sabor dulce de turrón chocolateado...
Todos los años recordabas cómo me conociste y año tras año el público fue aumentando. Hoy escuchaban atentamente Gabriel, Inés, Clara y los gemelos se pegaban mientras tú narrabas nuestro primer encuentro en la cola del cine. O aquella primera comida en casa de tus padres, fue la primera prueba que me pusiste para comprobar si sería capaz de formar lo que hoy llamamos Familia. Querías poder contarles a ellos cómo fuimos de jóvenes, nuestros viajes, nuestras locuras, nuestra primera casa. Otra cosa que contabas siempre era como fue el nacimiento de cada uno, lo histérica que estaba cuando nació Gabriel. La sorpresa que nos llevamos al ver que eran gemelos: Lucas y Jorge. Lo gracioso que era oir hablar a Clara con tan solo 9 meses y como nos reímos al ver a Inés planchando su babero. Pero lo que más te gusta de la Navidad es poner el nacimiento y de alguna manera verte reflejado en esa familia en la que Dios quiso nacer hace más de 2.000 años.
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