Mi cabeza da vueltas desde por la mañana hasta que me acuesto. Supongo que nadie se da cuenta, pero yo pienso en mil cosas. No puedo ver una película sin hacerme mil preguntas, o leer un libro sin replantearme mi existencia. A veces es un auténtico calvario. Pero el otro día, por unas horas, volví a ser yo. Sonreía porque no podía evitarlo; fue hablando contigo. Te vi y me quedé tranquila, nos presentamos y ya estábamos hablando. Me gustó ver que dentro de todos los comecocos que mi cerebro se ha montado últimamente, sigue estando la verdadera yo. No me atrevo a transcribir una a una las cosas que nos contamos pero las recuerdo con claridad. Recuerdo el color de tus ojos y la forma de tu sonrisa. El tono de tu voz va borrándose poco a poco pero sigue siendo tranquilo e interesante. Supongo que tú estabas tan normal, pero yo me sentí con ganas de decir eso de 'you made my day'. Habría seguido hablando toda la noche, pero a vosotros no hay quien os entienda y no supe por dónde seguir.
Desapareciste. Sin embargo, yo he vuelto a soñar.
Desapareciste. Sin embargo, yo he vuelto a soñar.
Gracias por nada.
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