Hoy Tracy Chapman me ha jugado una mala pasada. Me ha hecho llorar. He cogido demasiado rápido su Fast Car y me he puesto a buscar vuelos a Madrid. Puede que el café frío, la lluvia tras el cristal y los apuntes de Lexicologie appliqué hayan ayudado.
De repente creamos involuntariamente un ambiente melancólico que va perfecto con un par de lágrimas, un sollozo y un olé mal cantado; la hecatombe. Pero ya está, escribir desahoga. Ya que está plasmado en el 'papel' puedo seguir estudiando.
Te echo de menos Madrid, y todo lo que tú significas.
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