Y cierro los ojos e involuntariamente viajo a ese campo verde, infinito. En el sueño estoy a tu lado, hablo contigo mientras siento que tu mirada rodea mis brazos. Es de esos sitios que siempre te apetecen. El tema de la conversación versa como tú siempre has querido. El viento sopla en nuestro favor e impulsa nuestros pies hacia otro sitio.... Otro sueño. El tiempo pasa rápido y ya somos cuatro. La música que suena de fondo nunca la había oído. Es la primera vez que bailamos entre papillas y llantos. Pero en este sueño todo es posible, es un sueño y se acaba. Abro los ojos y están llenos de lágrimas, tontas lágrimas de impotencia.
¿Por qué no podemos saber quién eres? ¿Por qué no puedo ponerle nombre a la mano que me acompaña cuando duermo?
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