Y es entonces cuando te veo caminando por Roma. No estás sola. Llevas 2.500 sueños a tu lado.
Esta noche te has puesto por fin ese vestido negro que tanto me gusta. Lloras de alegría batida con un sueño mortal, demasiados kilómetros para ti. Vas pisando estratégicamente las líneas del suelo, como un niño que cruza la calle posándose sólo en las franjas blancas. Esta noche es tu última noche en Roma. Entras en la Piazza Navona y una ventana se ilumina.
- Mel, acércate.
- ¿Quién es?
- Soy quien estabas buscando, soy el sentido de tu vida, la solución a tus preocupaciones, la Paz de tu corazón. Soy el Amor que necesitas para seguir adelante calle arriba. Soy el Camino por el que, desde ahora, desearás caminar. Soy la Vida que te queda por vivir.
Es tu última noche en Roma, tu primera en el mundo.
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