Estaba volviendo del aeropuerto y me esperaban tres años sin ti.
Prometí no olvidar la marca redonda de tu taza en la mesa del salón. El olor a chocolate que dejabas por la casa. Tu risa al otro lado del teléfono, tu acento francés. Prometí no borrar ni una de las notas que me dejabas por la casa " Cariño vuelvo a las ocho, compré pizzas, alquila un peli por favor, j' t'adore" " Me han llamado de París!". Al llegar a casa puse música, Tracy como siempre (Tracy Chapman) . Y sin quererlo volé hacia el pasado.
En aquella época llevabas unos rizos muy divertidos y aquel jersey azul oscuro que iba tan bien con tus ojos negros. Cruzábamos juntos la calle y encendiste un cigarrillo, Camel. Entramos en Santa Bárbara y te sentaste a mi lado. Me diste la paz guiñándome traviesamente el ojo y a la salida me atracaste sin reparo.
- Perdona- tu acento francés... - ¿sabes si hay alguna biblioteca por aquí?
- Si hay una pública cerca.
- No, perdón, una librería.
- Si aquí al lado.
- Tendrán algo de Tolstoi, ¿Ana Karenina o Guerra y paz en francés?
- Yo tengo Ana Karenina en francés.
- ¿Y dónde está tu librería?
- Jajaja lo tengo en casa...
- ¿Y dónde vives?
- ¿Perdona?
Si, te iba a echar de menos tres años es demasiado. Levantarme por la mañana y no ver el desayuno adornado con dos flores, no ver tu ropa perfectamente doblada al lado de la plancha "à repaser, jtm", no oírte cantar Jacques Brel mientras preparas una de tus maravillosas ensaladas. Creo que tres años es demasiado. Tengo que irme a París y dejar Madrid por un tiempo. Tengo que correr a darte Ana Karenina, te lo has dejado.
Te prometo que cada vez que lo leo me emociona un poco más. Y lo seguiré leyendo...
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