sábado, 5 de febrero de 2011

Rythm

Hay días que transcurren al ritmo de una canción. Pasan rápidos. Con la base ligera de una batería o el minucioso punteo de una guitarra. Hoy mi día se presentaba A- Punk. Amanecía de café rápido en el Starbucks y moño mal hecho. Pero no siempre las cosas son como se piensan. Salía, como siempre, a las nueve de casa, es uno de los privilegios de que gozamos los profesores. Tenía un montón de exámenes por corregir estaba agobiadísima y me iba a morir de estrés . A- Punk resonaba en mi cabeza a martillazos mientras yo leía estupideces sobre "La importancia de llamarse Ernesto". Tenía dos horas para 50 exámenes , llevaba mucho retraso y no podía más.
De repente cambió el ritmo de mi día. Entró en el vagón una chica rubia de pelo largo y estilo hippie armada con una preciosa guitarra española y empezó a entonar suavemente "Circle game".
Entonces, solté los exámenes y volví a Madrid, al salón de mi casa, a las meriendas con té, a mi padre, a acostar a mi madre muriéndonos de frío en la habitación mientras relatábamos el día, a Isabel, a los cuentos, a las guerras de trincheras, a bailar en el pasillo, al cine en casa, a mis princesas, a los piratas, al sol...
-Tengo que volver pronto a Madrid. Huir de este peñazo de Londres y embarcarme en cualquier vuelo hacia mi casa, mi familia, mi alegría y mi sentido de vivir.
Dejar los exámenes en el vagón habría sido los más apropiado, pero seguí corrigiendo, tachando en inglés. Enfadándome por las calles de Londres, porque todavía no salía el sol y ya estábamos en mayo.
El móvil:
- Mum?- qué alegría oír su voz, preguntándome, a mí, en español, desde allí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario