lunes, 5 de agosto de 2013

Steadiness

La busca hasta el más aventurero. Los locos de la vida, los mochileros. Incluso los que pierden a los 20 años la brújula de sus vidas. Todo el mundo, en algún momento de su vida, busca un orden. Yo prefiero llamarlo estabilidad, es una especie de contrapeso que nos pone los pies en la tierra. Estabilidad es la palabra. 

Flora tenía 22 años y buscaba esa estabilidad en su vida. Vivía en Dublín desde hace dos años, estudiaba Historia. Venía de un pueblo pequeño de Gales. Buscaba ese orden, esa tranquilidad de saber que estaba en el sitio correcto. Estudiaba Historia porque en su momento fue lo que mejor le parecía, Dublín porque la aceptaron en el Trinity y es un lujo. Pero no encontraba un punto de referencia. Su amigo Frank, tenía ese contrapeso en las visitas semanales a su tía Ingrid, Paul formaba parte del grupo de poetas del college, Lara tocaba cada jueves con el grupo de su iglesia, Loreen vendía sus fotos en pequeñas galerías y su hermana Martha comía todos los domingos con su parroquia. Todos tenían algo constante, algo que les recordara quienes eran. Flora nunca encontraba la definición 'estable' de Flora. Había viajado mucho, vivió un año en Etiopía, cinco meses en Florida y amaba los paisajes de Gales, todos los años volvía allí. Sacaba buenas notas en su graduado de Historia, le gustaba lo que hacía. Veía a sus 4 hermanos en Nochebuena y hablaba con su madre de vez en cuando. No había encontrado al hombre perfecto pero tenía una vida bastante satisfactoria para cualquier mortal. El caso es que no era capaz de definir un punto fijo en su persona. Muchos le decían que eso era bueno, ser ciudadana del mundo y dueña del mismo, ser tolerante y todo lo demás. Pero Flora no es que quisiera negar que era una persona abierta; quería saber quién era y todavía no lo sabía.

El lunes de la semana pasada, en clase de Filosofía contemporánea un alumno dijo que lo que diferencia  a las personas y por tanto las define, no es ni la cultura, ni el país ni la educación sino dónde o cómo refleja esa cultura, ese background intelectual. Flora empezó a pensar...

Ella era la inquietud por naturaleza. Pensó que tenía tan solo 22 años, que podía continuar la búsqueda continúa de su sitio en el mundo, quizá la estabilidad llegase con el hombre perfecto (al que sigue esperando).  


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