No hacía frío, pero tampoco calor. En la estación olía a tabaco y a patatas fritas. Página tras página, palabras y más palabras. Seguía por el capítulo cuatro y todavía no había pasado nada. En realidad no estaba prestando atención a la lectura. Pensaba en si de verdad te quería, bueno no querer, pensaba en el hecho de pensar alguna vez en ti de forma diferente... Menudo lío. Tan solo estaba reflexionando sobre tú, tu vida y lo cerca que has estado siempre. Pensé en el color de tus ojos, en el queso que te gusta. Pensé en el fútbol y una canasta, qué mezcla. Pensé en ti, en mi, pensé en el metro. Pensé en Madrid y en Alemania. Pensé en todo, pensé... ¿pienso? Pensé que si la Vida quiere, la Vida querrá, pensé y me repetí mil veces que la paciencia es la madre de la ciencia. Soy más de literatura pero me lo creo. Si esperas conseguirás pero si te precipitas solo lograrás la undécima versión de un fracaso.
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