La vida sigue, típica frase manida que te sueltan cuando tu vida ha dado un giro en la dirección que no te esperabas. ¿Sigue, y quién lo dudaba? Que él sea un imbécil y no se dé cuenta de que yo era la mujer de su vida no quiere decir que se acabe el mundo. No, solo quiere decir que el mundo ha mudado de piel, por lo menos en la vida de Ashley Orwald. Sí, ahora Dublín no será el lugar más bonito de Irlanda, ni de lejos. No quiero volver a recordar su sonrisa, borrada. No quiero volver a oir su voz diciendo: 'Joder Ashley, qué guapa eres', olvidado. No quiero volver a ser 'lo que me mantiene con vida', eliminado del registro. Sí, la vida sigue, y seguirá. En Dublín sigue lloviendo, como siempre. Sigue oyéndose el Liffey por la noche y sigue Molly Malone rondando por las calles del centro en forma de jarra de cerveza Guinness.
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