jueves, 20 de septiembre de 2012

20 segundos

La vió por primera vez en Roma, mientras aliñaba una ensalada de gulas y remolacha. Se reía con un par de amigas en la mesa número 8. Empezó a batir la mostaza, con el vinagre y las tres piedrecitas de sal gorda que siempre le echaba Fiorenzo. Levantó la vista y ella seguía riéndose, se tapaba la boca con la servilleta, estaba guapísima. Cortó un poco más la remolacha y dejó que soltara su dulce jugo por el cuenco. Micaela se acercó a la mesa 8 y anotó lo que las tres bellas señoritas querían tomar. Mosé le pidió que fuera terminando y él se fijó en sus piernas. Llevaba unas sandalias de tacón, como de piel pero con unos calcetines gordos, grises. Le dió la ensalada a Mosé con las gulas recién sacadas de la sartén. Puso a precalentar el horno a 180º y salió de la cocina, directo hacia la mesa 8. 

- Mi scusi, io vengo dalla chef. Volete sapere come si chiama.
-Cosima, ma come?
- Perché io non lo sapevo, il mio nome Lazzaro, sono lo chef.

Más rojo que un gazpacho que lleva demasiado tomate corrió a la cocina, se quitó el delantal, cogió tres o cuatro patatas, un cuchillo y salió a pelarlas mientras pensaba qué le diría después. Ya había tenido esos 20 segundos de coraje de los hablan algunos. 

Magdalenas

La Toscana sería el paisaje perfecto. Haría sol pero no mucho calor. Tú estarías fuera arreglando la estantería del salón, la segunda balda por ejemplo. Llevarías esa camisa color ocre que encontramos aquel otoño en Portobello y que sólo te pones para estar por casa. Yo estaría en la cocina, una cocina antigua pero que funcione. Una cocina de gas pero siempre limpia. Tendríamos un horno maravilloso en el que yo prepararía ricos bizcochos de chocolate para merendar y pasteles de queso y carne para comer. Si, yo sabría cocinar. Tendría que saber para que pasara. Me remangaría la camisa azul de lunares que le robé a mi hermana la última vez que fuimos a Londres y me ataría bien el delantal. En ese momento sacaría las magdalenas del horno y rociaría pepitas de colores por encima. En ese momento te darías la vuelta con cara de dolor.

- ¡Mierda, me acabo de cortar! ¿Eso son magdalenas? 

Te levantarías y te acercarías a robarme una. Entonces yo te miraría fijamente.

- Si tocas una de mis magdalenas te corto la mano.

Entonces te acercarías un poco más, como para besarme. Y entonces...

- ¡Mamáááá! ¡Pablo me acaba de destrozar el dibujo!

Me robarías la magdalena, yo arreglaría el problema de Mónica y al verlo sonreiría al ver como ya te la has acabado y entre migas te atreverías a decir que estaba deliciosa. 

Ese sería el momento. 

martes, 11 de septiembre de 2012

Ich brauche dich

No ha llovido prácticamente en todo el verano, no sé que hacer con el huerto y las flores de Frieder. Las ventanas siguen llenas de polvo y el disco que puso Rosa al salir se ha rayado, no deja de sonar un ligero repiqueteo. Mi vaso de leche ya está vacío y no he podido terminarme la tostada. Estoy muy cansada. En estos momentos Frieder solía poner buena música y dos copas de vino encima de la mesa y empezábamos a bailar hasta que yo me empezaba a reír y entonces él me besaba. Acabo de oír la puerta, espero que sea Rosa, le voy a pedir que limpie las ventanas, no puedo seguir viéndolas así. No, no parece que haya entrado nadie. Será el viento. Llevo tanto tiempo sola que ya no sé distinguir el viento de los pasos de mi hija. Estoy medio sorda y peso menos que nunca. Ojalá este cuerpecito me hubiese pillado con veinte años. Podría haber lucido aquel vestido de lunares rojos de mi madre, no, pero no, qué digo. Si hubiese estado como ahora jamás habría enamorado a mi Frieder, a él le encantaba mi cara regordeta, siempre me la llenaba de besos.. ¡Oh Frieder! Si supieras cuánto te echo de menos. Pero no voy a llorar, tú siempre me decías que solo podía llorar contigo, solos, que nadie se enterara de que yo estaba triste por nada. Decías que era una persona alegre, que siempre te había gustado eso de mi.
Frieder, vuelve por favor, necesito que cuides las flores y arregles el huerto. Necesito que enseñes a sumar a Jakob, necesito que Eloisa termine el puré para poder limpiar las ventanas y acostar a Peter, necesito que me beses otra vez, necesito que me levantes de este horrible sofá que me está destrozando la espalda, necesito que volvamos a casarnos...

lunes, 10 de septiembre de 2012

I wish

Quiero ser muchas, llegar a muchos lugares de maneras diferentes. Conocer a tanta gente que me sea imposible tener sólo un cuaderno para apuntar todos sus nombres. Me encantaría poder querer a tanta gente... Sueño con hacer grandes cosas, no tiene por qué saberlo nadie, no quiero ser famosa. Quiero hacer algo que me guste, creo que sólo así se puede ser feliz y hacer felices a los demás con lo que haces. Creo firmemente en el amor eterno y sé que él también, sé que llegará en cualquier momento para hacer todas esas grandes cosas conmigo. Pido sin cesar que se me abra un camino, ni fácil ni difícil, solo pido que sea mi camino, no quiero equivocarme. 

Porque siento que, si he nacido es porque voy a hacer algo, y si no lo hago nunca seré feliz. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Rêver c'est plus que gratuit

Jugaba a desenfocar los botones del ascensor. Miraba fijamente a ellos y al rato mis ojos se volvían miopes por segundos. Me encantaba poder ver con los ojos que veía la abuela. Iba pensando en lo que acababa de leer en el metro " Todo es posible si lo intentas" Qué frase más idiota. Llevo intentando entrar en la escuela de cocina cuatro años y todavía no he pasado la prueba de deshuesar un pollo. La frase tendría que ser " Todo es posible si tienes suerte y lo intentas" Otra cosa que nunca he logrado es encontrar a esa chica de la librería de la Rue de Lille. Solo sé que es rubia y lleva una trenza realmente preciosa, viste una falda de cuadros por encima de la rodilla y siempre lleva la chaqueta quemada de la ceniza que cae de su elegantísimo cigarrillo. Bueno supongo que en realidad no irá siempre así pero es así como yo me la imagino, seguro que se llama Apolline o Maude... Algo sonoro, original, algo que solo ella pueda responder a un..

- Comment vous vous appelez ? 
- Blanche
- Blanche ?
- Oui monsieur, qu'est-ce que vous voulez ?
- Bon, j'ai pensé que vous pourriez me dire un bouquin qui pourrait bien aimer ma vieille Mamie...
- Ah, bon ! Mais... Comment s'appelle-t-elle ? 
- Margueritte... 
- J'ai trop aimé ce lui là de Mann, mais la traduction c'est pas la meilleure... Peutêtre... ah bah ouais, Le lys de Brooklyn c'est trop joli. 
- Et vous vous lisez quoi ?
- Moi ? J'aime bien la littérature anglaise et aussi l'espagnole... 
- Moi j'adore le deux. Qu'est que vous faites vendredi soir...

Es horrible lo que puede dar de sí un viaje en ascensor. Vivo en el quinto piso de mi edificio pero cada día pienso en una chica diferente, voy a empezar a subir por la escalera... 

Stranger

Y cierro los ojos e involuntariamente viajo a ese campo verde, infinito. En el sueño estoy a tu lado, hablo contigo mientras siento que tu mirada rodea mis brazos. Es de esos sitios que siempre te apetecen. El tema de la conversación versa como tú siempre has querido. El viento sopla en nuestro favor e impulsa nuestros pies hacia otro sitio.... Otro sueño. El tiempo pasa rápido y ya somos cuatro. La música que suena de fondo nunca la había oído. Es la primera vez que bailamos entre papillas y llantos. Pero en este sueño todo es posible, es un sueño y se acaba. Abro los ojos y están llenos de lágrimas, tontas lágrimas de impotencia. 


¿Por qué no podemos saber quién eres? ¿Por qué no puedo ponerle nombre a la mano que me acompaña cuando duermo?